La Estrategia tuvo como énfasis el implementar medidas para la conservación de la biodiversidad en los ambientes terrestres, en las cuales los sitios prioritarios constituyeron una herramienta esencial para la conservación in situ de los ecosistemas en nuestro país. Desde entonces, la ENB se constituyó en una plataforma importante para la gestión en materia de conservación y uso sustentable de la biodiversidad de Chile.
Su elaboración contó con una amplia participación de actores y entidades vinculadas con la gestión de la biodiversidad en el país, lo cual permitió generar las condiciones necesarias para avanzar en ámbitos como el mejoramiento del sistema de áreas protegidas del país y la generación de instrumentos específicos tanto de política pública, como de planificación y de regulación. Entre estos instrumentos, se cuenta la Política Nacional de Áreas Protegidas, la Política Nacional para la Protección de Especies Amenazadas, la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Racional de los Humedales y el Reglamento de Clasificación de Especies Silvestres.